lunes, 9 de septiembre de 2013

Tríptico del veterano


para Dulce y Fer


Veteranos de psíquicas batallas,
barrocos consumidos, viejos breves
o jóvenes de enojos hechos leves
bajo el peso de ajenas atalayas.

Cuantos hierros forjar puede neurosis,
madera balsa en mármol tormentoso,
espuma de naufragio, hace su gozo
de padecer sin gloria una cirrosis.

¿qué piedra opuso al pie la caminera
que embriagar pudo al triste su locura,
si de ron o mezcal, música oscura,

versos, novelas, porros o pintura,
qué obstáculo ocultó de la trinchera
una noble esperanza en la escritura?


Veteranos de psíquicas batallas
rumian la voz consciente de su falta
en psicoanálisis con mucha malta
y señalan en otro a los canallas.

Lacanianos de húmidos morfeos
(cadalsos de palabras y señales)
hacen de lengua un taco con sus males,
cínicos lúcidos y ardientes reos;

juegan a la victoria de troyanos
envueltos en caballos de madera
mientras se quejan de su cabellera

rapándose a Sansón con propias manos.
Y así se topan con la chingadera
de tener el cerebro en la cadera.


Veteranos de psíquicas batallas
en infiernos de voces desiguales,
muñones tibios de inclementes males
parados sobre vanas atalayas,

de superyoes gigantes consumidos,
ellos desnudos, grises de ceguera,
incluidos en ver que están afuera
de su propio buscar hecho de ruidos.

Y luego se proclaman vencedores
en auspicio de Calcas lisonjeros
que con chelas redimen los dolores,

y ponen fin con porros a los peros;
veteranos de psíquicas batallas
parados sobre vanas atalayas. 

viernes, 31 de mayo de 2013

Alejandría


Parece que en lugar de hacerse un nido de fuego
en torno al Margites,
un ovillo destructor en torno a la comedia de Aristóteles,
parece que en lugar de una guerra que arrancó con su impulso
un brazo a la literatura,
una pierna a la filosofía,
parece, digo, que en lugar de tomarse su tiempo
el hombre para apagar uno lo que incendiaba otro
y que en esta lucha pérdidas o triunfos abjuraran el tono de la historia
y sus libros,
más bien parece
que un olvido dejó caer un tomo hongueado,
que una polilla como cualquier otra hizo su tiempo en canaletas de palabras,
en versos y en escombros,
tornándose ella misma en polvo antes de que algún lector/copista
cayera en cuenta;
parece que no interesó al pasado lo que padece el futuro
y que sus huecos son guerreros ciegos
y no llameantes acróbatas ni humos fieles.

jueves, 31 de enero de 2013

jueves, 17 de enero de 2013


Brahms

Un murmullo distante se presenta
y un panal de minutos se conforma,
dando a luz los contornos de una forma
que a manojos de llanto se sustenta.

Desenfunda de pronto, sin afrenta,
una plica que dicta nueva norma,
el compás que ha llevado su reforma
como un treno de luz que se calienta.

El adagio se muestra receloso,
recontando los pasos del regreso,
deletreando cadencias de reposo.

Un silencio se pasma y le murmura
para ver estallar el cuerpo ileso
de un allegro giocoso que se apura.

VM