jueves, 25 de marzo de 2010
Primera Trivia de Manifiestamente
martes, 23 de marzo de 2010
domingo, 21 de marzo de 2010
de Fuegos
- Un corazón es tal vez algo sucio. Pertenece a las tablas de anatomía y al mostrador del carnicero. Yo prefiero tu cuerpo.
- ¿Adónde huír? Tú llenas el mundo. No puedo huir más que en ti.
- El Destino es alegre. Quien preste a la fatalidad una especie de hermosa máscara trágica no conoce de ella sino sus disfraces de teatro. Un bromista pesado y desconocido repite el mismo burdo estribillo hasta las náuseas de la agonía. Flota en torno a la Suerte un indefinido olor a habitación de niño a caja barnizada de donde salen los diablos de la Costumbre, a armarios en donde se escondían nuestras criadas, grotescamente ataviadas, para darnos un susto con la esperanza de oírnos gritar. Los personajes de las Tragedias se estremecen, brutalmente alterados por la risotada del trueno. Antes de ser ciego, Edipo no hizo otra cosa durante toda su vida sino jugar a la gallina ciega con la suerte.
- Por mucho que yo cambie, mi destino no cambia. Cualquier figura puede inscribirse en el interior de un círculo.
- No hay amores estériles. Y es inútil tomar precauciones. Cuando te dejo llevo dentro de mi el dolor, como una especie de hijo horrible.
de Fuegos
jueves, 18 de marzo de 2010
Wolfli describes himself as equaling ore even surprassing God in the quintessentially divine act of cosmic creation, as when he describes blowing into a "Horn of Omnipotence" that was lent to him bay God: "Oh Miracle and, Ravishment: Oh Splendor, Marvelous! Not only Myriaads! [sic] No!! Many Oberons of Sstaars [sic] ...and fragments of universe flew out of this horn in the direction of the South"
sábado, 6 de marzo de 2010
Sapo
Tengo por corazón un sapo oscuro
de ácida piel y lengua predadora;
un Buda verde y cruel, ciego a la aurora,
un grumo impar de sal y de cianuro.
Un hierático monstruo, sapo helado,
impasible batracio que me puebla
de sombra el pecho, la razón de niebla,
de verdegris las ingles y el costado.
Es su latido un vómito convulso
de rota voz, un alterado pulso,
a un tiempo mi cincel y mi escalpelo.
No hago sino esperar, mudo y omiso,
la noche en que despliegue, sin aviso,
dos alas negras y levante el vuelo.
Erando González 2010