jueves, 18 de diciembre de 2014

a la vuelta de todas las esquinas
en los parajes mustios e insondables,
ahí donde los cuerpos incansables
se penetran en lánguidas inquinas,

ahí –digo– en la cúspide del beso
en donde enamorar es una bestia
de maremotos nobles, la molestia
de lo real, se hace infrecuente, y eso,

–eso que eres tu y yo­– se desvanece,
para dar paso a la incansable pena
de vivir lo total, lo irremediable;

ahí donde la noche no amanece,
donde vivirte acosa y te hace ajena,

soy yo, cero a la izquierda, inalcanzable…

martes, 22 de julio de 2014

Juanito Farías va en coche a la muerte

 la charca burbujeaba de mugre y gasolina 
reflejando una luna deforme de solvente , 
la calle como un áspid que engulle una letrina… 

El coche refulgía sus deudas con el tiempo 
como aleteos de ave con vuelo funerario, 
cuatro ciclista límpidos, vestidos de destiempo 
vieron llegar el miedo a golpe de sicario.

Juan Farías, adusto, sereno y desgraciado
ve caer el telón aún sin comprenderlo,
un poste como intruso las biclas ha salvado:
como una puñal clavose, Farías en el cemento.

Las sombras como parcas hicieron en un corro
surgir a los mirones ya mudos como estacas
afianzando la vida y desgañitando un porro;
así se lo llevaron, habitado de parcas

y ya en el otro mundo, sin ser bueno ni malo
−Ir en coche a la muerte− pensó –eso es muy orondo–
es pérdida total, el carro quedó mondo
y hubiera preferido mi caballo de palo.

viernes, 11 de julio de 2014


observo al fin el tiempo transcurrido
como un sujeto de hiedra y sedimento
incentivo de soles y moliendas
tomadas por piratas de naufragios

tengo por corazón un grano inmune
a la historia
una obsidiana oscura y tallada
por los indios de roble
que sobrecargan la afrenta de los años

siento pasar la vida
y su escritura es cada vez más carne de polillas

Pero afuera los signos luminiscentes
prometen al escolar su cura clara
su descollar inmenso
su plan para mañana

Mientras la voz que le da tiempo al sonido de los pájaros
murmura un adiós patente y susurrante
que no tiene final por ser comienzo
y por estar inaudible para los que están sentados
y sostienen su flor de loto como bandera terrestre

pero tiemblan el miedo de los idos
al ver a su progenie malgastar tristeza
en ver pasar los años

cantando sus hijos.

lunes, 16 de junio de 2014


Iba una vez una hormiga reina caminando por su jardín particular cuando observó que todo estaba tremendamente invadido de otros seres vivos llamados plantas (en nuestro idioma) y pensó que ojalá se murieran para poder seguir ahí sin esa molesta presencia. Pero de pronto le vino a la mente que, de morir las plantas a las que odiaba, no podrían vivir más allí las bacterias Xanthomonas y que, de ser así, podrían caer sobre su cabeza y asfixiar el reino. Entonces lanzó una plegaria para que lloviera raid mata bichos. Su plegaria fue escuchada. Otras hormigas, posteriores, mundanas, le construyeron un monumento de tierra. Ah qué altos vuelos, qué nobles búsquedas. ¡Ah! El monumento duró ahí toda una primavera.

Y la tercera trivia de manifiestamente es: ¿cuánto duró esa primavera de hormiga?
     a)    28 días
     b)   24 horas
     c)    3 meses  

miércoles, 8 de enero de 2014


“cada una de las trampas que sorteo me encierran en el amor, que acabará por ser mi tumba, terminaré mi vida en un calabozo de victorias"
Marguerite Yourcenar

tal vez no sea feliz por tiempos,
que mi gesto esté acalambrado de enojo o de tristeza,
que un hombre tomando el metro
en la estación niños héroes
me recuerde lo fácil que es ser mezquino
y sus pies lentos
me hagan retozar el odio;
es posible que al llegar cansado de un día perdido
urge en mi miseria su pedazo de llanto.
Tal vez.
Pero es sólo que la felicidad delimita las formas;
es sólo que el pájaro transporta
sus liendres,
para hacer caso omiso,
al vuelo.
Acaso cuando los días pasan
y se llenan de polvo,
me halla desprendido de dos o tres acompañantes,
y tenga que guardar mi amor por ellos
en un viejo baúl, hecho de soledad.
Pero esta diarrea de amor
que provoca tantas caídas,
es en el fondo la razón del desastre,
me vuelve el que soy,
tan ridículo,
tal feliz,
tan lleno de ira.